Selma Guisande
Nodo es un proyecto que nace a partir de una investigación que estoy llevando a cabo de dibujo y tridimensión. Lo que propongo es desarrollar una escultura de gran formato elaborada con óvalos de hilo que contengan fotografías recortadas de personas, fotocopias, recortes de periódico, objetos, elementos naturales cómo flores o plantas y fragmentos reconocibles y no reconocibles de objetos. Según la definición del diccionario, nodo es el punto inmóvil de un cuerpo vibrante o un sistema de ondas estacionarias, así, la obra Nodo, hace alusión a un sistema interpersonal y su vínculo con la otredad; un sistema estructurado de manera fija pero que al mismo tempo es temporal y cambiante ya que al recorrer la obra los puntos de vista de la misma se modifican debido al entramado de los hilos. Nodo habla del ser humano a partir de las modificaciones adaptativas que establece constantemente para “ser” en relación al “otro” y se plantea estéticamente abordando el adentro y el afuera, lo perdurable y lo efímero, lo frágil y lo sólido, lo visual y lo tangible, lo quinestésico. Códigos de ordenamiento espacial que nos hablen de las ausencias, las separaciones, las compensaciones, la enfermedad, el peso anímico, la muerte, los rituales, la distancia, el reconocimiento, los rangos, el dar y tomar, el amor, el odio, la pasión, el miedo, la familia… en fin, del acomodo irrepetible que se establece en los vínculos humanos.
La idea es generar una trama densa de capas que se distribuyan en el espacio y que puedan ser vistas a través de los hilos generando en el espectador una experiencia quinestésica que le lleva a descubrir desde distintos puntos de vista aquello que contiene la obra. De éste modo, a través del entramado de estructuras, también podrá verse lo que hay al otro lado de la obra, ya sea la arquitectura del espacio expositivo, ya sea alguna persona que esté viendo la obra en el otro extremo; así, la estructura mantiene una latencia entre lo interior y lo exterior, entre lo real y lo representativo, lo efímero y permanente.
Las dimensiones de la escultura monumental (2.20 x 3 x 2.20 m) tienen un carácter arquitectónico con el fin de relacionarse con la casa abandonada que alberga el proyecto, así, por ejemplo, podría incluirse en la estructura un cacho de columna recolectada en el lugar o algún rastro de otras obras que se hayan expuesto en el recinto con anterioridad; de este modo la obra dialoga con el entorno pero sin perder su carácter intimista, el espectador mira como voyerista al interior de la obra, pero el entramado de los hilos y algunos elementos que la componen lo llevan hacia afuera de la obra; binomios que permiten una tensión constante entre pertenencia y no pertenencia, quizá entre el “Sentido y sinsentido”, que platea Merleau Ponty.